Salineras de Maras
Hacia el noroeste del pueblo de Maras se encuentran
las famosas salineras hasta donde se puede llegar a
pie por el camino de herradura o en carro por la
carretera de tierra que es casi intransitable en
la estación de lluvias.
Las salineras de Maras conocidas por
algunos como "minas de sal" están constituidas por
unos 3000 pozos pequeños con un área promedio de
unos 5 m², construidos en un costado de la inclinación
de la montaña de "Qaqawiñay", que durante la
época de sequía se llenan o "riegan" cada 3 días
con agua salada que emana de un manante natural
ubicado en la parte superior de los pozos para
que al evaporarse el agua, la sal contenida en
ésta se solidifique paulatinamente. Ese proceso
continuará aproximadamente por un mes hasta
obtener un volumen considerable de sal sólida,
de unos 10 cms. de altura desde el piso, que
posteriormente es golpeada y así granulada; la
sal será después embolsada en costales plásticos
y enviada a los mercados de la región; hoy esa
sal está siendo yodada por lo que su consumo
no es dañino. El Pueblo de Maras esta ubicada
en el distrito de la provincia de Urubamba,
a 3300 m.s.n.m. y sobre un llano que en época
prehistórica fue una gran meseta. Desde allí
se aprecia parte de la cordillera de Urubamba
y las cumbres níveas del "Weqey Willka"
(hoy "La Verónica", 5682 mts.) y el
"Chikón" (5530 mts).
Al parecer fue un poblado preinkásico con ocupación
posterior discontinua; en esta zona se encuentran
gran cantidad de fragmentos cerámicos de la cultura
Chanapata, así como raspadores y cuchillos de obsidiana.
El pueblo fue fundado en la colonia por el español
Pedro Ortiz de Orué, y su ocupación importante
empiezó cuando los nobles cusqueños del Inkario
fueron despojados de sus palacios en el Qosqo y
tuvieron que salir a establecerse en otros pueblos
pequeños como San Sebastián y Maras. Igualmente,
en la guerra iniciada por Manko Inka por la recuperación
de su Nación Quechua, Maras sirvió de bastión para los
invasores en sus incursiones contra el pueblo de
Ollantaytambo ocupado por el Inka durante 2 años.
Muchas de sus casas están blasonadas con escudos
nobiliarios en sus dinteles de piedra lo que
indica la importancia adquirida en aquella
época cuando fue lugar de paso obligado para
los arrieros y sus recuas de mulas que transportaban
productos tropicales y especialmente hojas de coca
desde la selva alta cusqueña para satisfacer las
necesidades de la ciudad del Qosqo y el país. Fue
declarada "Villa de San Francisco de Asís de Maras"
(Villa: ciudad o pueblo que tenía ciertos
privilegios); en aquel entonces tuvo mucha
más importancia que el poblado de Urubamba,
mas hoy es un pueblo que languidece como
consecuencia de su aislamiento y el desarrollo
de la vida moderna. Posee una iglesia
fabricada en adobes, típica de la arquitectura
religiosa pueblerina, en cuyo atrio se halla una
cruz labrada en granito; al interior de la
iglesia se guardan lienzos de escuela cusqueña
representando a los Apóstoles y otros, cuyo
autor es el pintor Quechua don Antonio Sinchi Roqa
Inka quien fue natural de Maras y pintó con mucho
esmero para su iglesia; éste fue coetáneo del obispo
Mollinedo y Angulo, y alcanzó celebridad a
mediados del siglo XVII.
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